La vida del bebé es un constante devenir de cambios. El niño no ha terminado de superar una etapa cuando ya se acerca la siguiente. Si cuando nacen hay que estar pendientes de todo, cuando crecen el asunto se complica, porque comienza la etapa de enseñarles los hábitos con los que se defenderán el resto de sus vidas.
La paciencia es el mejor aliado. Cuando le entregue una cuchara por primera vez, lo más probable es que lance los alimentos, se ensucie y termine comiendo muy poco.
Para que el niño empiece a comer solo, se recomienda premitirle tener una cuchara y, al mismo tiempo, que la persona que lo alimente tenga otra, para irle dando el alimento, mientras el niño aprende.
Tenga en cuenta que para que el niño encuentre placentero el momento de la comida, no hay que presionarlo ni torturarlo con normas de etiqueta. Permita que, de vez en cuando, tome un alimento con sus manos. Por imitación y sin presión, aprenderá a alimentarse como los demás.
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